jueves, 2 de abril de 2009

Violeta

Entonces allí estaba ella… Y el.

No había necesidad de decir palabra alguna, ni siquiera de conocerse.
Los dos se habían estado observando por exactamente 43 minutos y tres segundos, pero Violeta no tomaba en cuenta el tiempo, ni tampoco el.

Después de hacerse baboso un rato, decidió caminar hacia ella, la tomó de la mano y entonces sucedió.
A pesar del ruido de las multitudes perrando y de música de Pitbull, mantuvieron silencio y se encaminaron a la pista de baile.

Era oscuro y la joven no sabía de quien se trataba, tampoco como había llegado de una pisteada común a aquel antro, ella ignoraba la hora, los modos, el contexto en el que las acciones se presentaron, solo accedió y siguió al güero que ella había estando admirando por tanto tiempo.

Esa noche sucedieron un conjunto de acciones lujuriosas, apasionadas que solo ella no recuerda a causa de un daiquiri, seis shots de tequila, whiskey 18 y dos mojitos.
Solo sabe que algún sujeto pagó hospedaje en una suite presidencial, lo sabe por el condón embarrado por el piso, y que Brad Pitt fue asesinado por su ex novia que se tropezó con el al del mismo hotel en el que ella había ingresado.

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